V DOMINGO DE PASCUA-CICLO C.

 

 

 

 




V DOMINGO DE PASCUA-CICLO C.

 
 

 En cada Eucaristía celebramos y actualizamos el “único Sacrificio de Cristo en la Cruz” por cada uno de nosotros… En el fondo, prolongamos el Misterio de la Encarnación y el abajamiento de Dios por cada uno de nosotros, porque, “la Sagrada Eucaristía culmina la iniciación cristiana. Los que han sido elevados a la dignidad del sacerdocio real por el Bautismo y configurados más profundamente con Cristo por la Confirmación, participan por medio de la Eucaristía con toda la comunidad en el Sacrificio mismo del Señor” (CIC 1322).

 

Guión litúrgico y esquema del IV domingo de Pascua-ciclo C.

 

 
 
 


 

IV DOMINGO DE PASCUA-CICLO C.

 

 

MONICIÓN DE ENTRADA:

    Una persona cristiana es la que ha experimentado a Cristo. Esto no quiere decir que tengamos que ver a Cristo con los ojos. No le habéis visto y creéis en él, es una bienaventuranza, es una dicha: creed en Cristo sin ver. No lo hemos visto, pero lo hemos experimentado.

        Las lecturas de hoy nos invita a encontrarnos una vez más con Cristo, a renovar nuestra fe en Cristo, a vivir el amor de Cristo y a intensificar nuestra unión con Cristo.

MONICIÓN A LA PRIMERA LECTURA (Hch 14,21b-27):

    La fe cristiana iba extendiéndose por el mundo. Ahora es Pablo quien lleva la antorcha. El nos dice: Hay que pasar mucho para entrar en el reino de Dios.

MONICIÓN A LA SEGUNDA LECTURA (Ap 21,1-5a)

El amor es más fuerte que la muerte. La vida eterna será una reunión con el Señor: él nos amará y nosotros le amaremos a él. Y ya no existirá el dolor, ni las lágrimas ni el sufrimiento. Así lo dice el libro del Apocalipsis.

MONICIÓN AL EVANGELIO (Jn 13,31-35)    

 Durante la última cena, Jesús da a sus discípulos los últimos consejos sobre cómo han de convivir y han de quererse. Escuchemos a San Juan.

PETICIONES:  

1.- Que la Iglesia crezcamos en la fe, esperanza y caridad. Roguemos al Señor.

2.- Que se acuerde de nuestro pueblo, de nuestra nación y de sus habitantes y nos bendiga a todos. Roguemos al Señor.

3.- Que bendiga a cuantos hacen obras buenas y se acuerdan de los pobres, de los enfermos. Roguemos al Señor.

4.- Que tenga misericordia de los que viajan por tierra, aire y mar, y proteja a los cautivos y oprimidos. Roguemos al Señor.

5.- Que abra la inteligencia y el corazón de los hombres, para que hagan desaparecer las guerras y el terrorismo, y busquen el bien de la paz. Roguemos al Señor.

 

MONICIÓN A LAS OFRENDAS:

«Señor, con el pan y el vino te presentamos nuestra vida.  Haz de nosotros un instrumento de tu paz. Donde hay odio, que yo ponga amor. Donde haya ofensas, que yo ponga perdón. Donde haya discordia, que yo ponga verdad.   Donde haya duda, que yo ponga fe. Donde haya desesperanza, que yo ponga esperanza.   Donde haya tinieblas, que yo ponga luz. Donde haya tristeza, que yo ponga alegría».

PADRE NUESTRO

 He llamado a tu puerta, Señor, y queremos decirte PADRE NUESTRO. Padre Nuestro, Padre de Jesús, tu enviado; Padre de todos los bautizados, pasados, presentes y futuros; Padre de los que ignoran; Padre de los que te combaten; Padre de todos los hombres, desde la aurora de los tiempos hasta su terminación. QUEREMOS DECIRTE CON JESÚS LA ORACIÓN QUE NOS ENSEÑÓ.

MEDITACIÓN/ORACIÓN: 

Señor

Enséñanos a mirar al cielo.

Enséñanos a gustar las cosas de arriba.

Enséñanos a guardar tus palabras.

Enséñanos a anunciar tu mensaje.

Enséñanos a sentir tu presencia viva.

Enséñanos a reunirnos con los hermanos.

Enséñanos a extender tu Reino.

Enséñanos a no vivir cruzados de brazos.

Enséñanos a rastrear tu presencia.

Enséñanos a escuchar a tu Espíritu.

Enséñanos a recorrer tus caminos.

Enséñanos a esperar tu venida gloriosa.

Pautas de la Homilía.

INICIO. 

1.-Celebramos el V domingo de Pascua.

1.-El Señor nos ha invitado a reunirnos para celebrar este misterio salvífico, porque él nos dice que “Donde dos o tres están reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos”

DESARROLLO:

1.-Hemos leído en la primera lectura un trozo de los Hechos de los Apóstoles:

*La Buena Noticia de Jesucristo y la fe cristiana se extiende por el mundo antiguo a partir de Jerusalén.

*Después de llegar a Siria se extiende hacia el Asia Menor gracias a Pablo y Bernabé.

*Los paganos, los no judíos, reconocen a Jesucristo como su Salvador y nacen nuevas comunidades que se organizan bajo el impulso del Espíritu Santo.

*En Antioquia, comunidad de donde parte el movimiento misionero del mundo pagano, dan gracias a Dios por la fuerza contagiosa del Evangelio.

*También nosotros somos invitados a anunciar, testimoniar, vivir el Evangelio de Jesucristo.

2.-El Apocalipsis en la segunda lectura nos muestra el triunfo final del Señor.

*El Señor llevará su obra tal y como la había planeado desde el principio: introduce el mundo nuevo, la ciudad eterna, donde los elegidos de Dios encontrarán finalmente la vida en plenitud y donde se realizará el matrimonio del cielo y de la tierra, de Dios y de la humanidad.

*Al final Dios es definitiva “Dios con nosotros”

*Somos invitados a reafirmar nuestra esperanza, sabiendo con certeza que el triunfo final será el triunfo de Dios y encontraremos la vida en plenitud.

3.-Hemos leído en el evangelio un trozo del Evangelio de San Juan, capítulo trece.

*Desde antes de su muerte y resurrección, Jesucristo ha sido glorificado por el Padre.

*Jesús ha venido para comunicarnos su amor, enraizado en una vida común con el Padre.

*Esta vida escondida en el amor de Jesucristo se revelará en gloria.

*”A todo sarmiento que no da fruto lo poda para que dé más fruto”: el valor purificador de todo lo que nos ocurre. Todo es para nuestro bien y nuestro crecimiento interior.

*El criterio del discernimiento para saber si caminamos por la senda de Dios es el amor: “Quien guarda sus mandamientos permanece en Dios y Dios en él”

*Como dice San Agustín, «que cada uno examine su obra y vea si brota del manantial del amor y si los ramos de las buenas obras germinan de la raíz del amor».

FINAL:

 1.-Pidamos especialmente a través de esta Eucaristía que tengamos gran fidelidad al Señor.

2.-Pidamos a Dios que amemos con obras y según verdad, no de palabras ni de boca, como nos recordaba el apóstol San Juan.

2.-Miremos a María para que nos enseñe a ser ofrenda agradable desde la coherencia, la fe, y la caridad.

 

 

 





 
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