XXXIII DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO- CICLO A.




 

XXXIII DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO- CICLO A.

-VII JORNADA MUNDIAL DE LOS POBRES-

 En cada Eucaristía celebramos y actualizamos el “único Sacrificio de Cristo en la Cruz” por cada uno de nosotros… En el fondo, prolongamos el Misterio de la Encarnación y el abajamiento de Dios por cada uno de nosotros, porque, “la Sagrada Eucaristía culmina la iniciación cristiana. Los que han sido elevados a la dignidad del sacerdocio real por el Bautismo y configurados más profundamente con Cristo por la Confirmación, participan por medio de la Eucaristía con toda la comunidad en el Sacrificio mismo del Señor” (CIC 1322).

Guión litúrgico y esquema del Domingo XXXIII el Tiempo Ordinario-Ciclo A.


XXXIII DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO- CICLO A.

MONICIÓN DE ENTRADA:

En este domingo trigésimo tercero del tiempo ordinario, nos reunimos en torno a la Mesa del Señor
para celebrar la eucaristía, sacramento de la Caridad. Por iniciativa del papa Francisco, celebramos hoy
la séptima Jornada Mundial de los Pobres. Por eso le pedimos al Señor que, como fruto de nuestra
participación en la eucaristía, recibamos de Él, una vez más, el don y el compromiso de vivir la pobreza
y de servir a los pobres, de «no apartar nuestro rostro del pobre» (cf. Tb 4,7), según el lema propuesto
por el santo padre, tomado del libro de Tobías. Esto se debe traducir en un compromiso concreto de
vida, en gestos concretos de buenas obras y de justicia, en escucha, diálogo y comprensión, que nos
lleve no solo a dar, sino a darnos, desde la conciencia de que Dios nos ha socorrido a nosotros primero
en nuestra pobreza. Cada pobre es nuestro prójimo, es hijo de Dios. Pongamos a trabajar los talentos
recibidos de Dios, pongamos todos nuestros dones al servicio del Reino.

Acto penitencial

— Defensor de los pobres: Señor, ten piedad.
R. Señor, ten piedad.
— Refugio de los débiles: Cristo, ten piedad.
R. Cristo, ten piedad.
— Esperanza de los pecadores: Señor, ten piedad.
R. Señor, ten piedad.

MONICIÓN A LA PRIMERA LECTURA (Prov 31,10-13.19-20.30-31):

        En esta lectura primera escucharemos el elogio pronunciado por un sabio del Antiguo Testamento a una buena esposa. Elogio basado en la capacidad de trabajo y en la fe confiada en el Señor. 

  MONICIÓN A LA SEGUNDA LECTURA (1 Tes 5,1-6):

        San Pablo advierte de la incertidumbre acerca del tiempo de la definitiva vuelta de Cristo a la tierra; por eso, los cristianos han de ejercitarse en la vigilancia, llevando una vida laboriosa, austera y siempre en la presencia de la luz de Dios.

MONICIÓN AL EVANGELIO (Mt 25,14-30):

        Jesús nos invita a no cruzarnos de brazos, sino a poner a trabajar los dones que hemos recibido, en especial el don de la Palabra de Dios.

 PETICIONES:

1.-Por la Iglesia, para que presente ante el mundo el testimonio auténtico del amor y del cuidado concreto
por los pobres. Roguemos al Señor.

2.- Por los que dirigen las naciones y por los que tienen responsabilidades en el campo económico y
social, para que, por medio de un serio y eficaz compromiso político y legislativo provean los medios
necesarios para que los pobres y desfavorecidos puedan vivir una existencia decorosa y digna.
Roguemos al Señor.

3.- Por el fin de las guerras que asolan el planeta, y por los que sufren injustamente sus consecuencias.
Roguemos al Señor.

4.-Por aquellos que se sienten acosados por las nuevas formas de pobreza, por quienes sufren injustamente
las consecuencias de las guerras, por las familias que viven situaciones economícas y personales
dramáticas, por los trabajadores que sufren la precariedad, por los jóvenes desorientados
por la cultura dominante. Roguemos al Señor.

5.-Por las vocaciones a ministerio sacerdotal, a la vida religiosa o monástica, a la vida misionera y al
laicado comprometido, para que, quienes son llamados, escuchen la voz de Dios que les pide la
entrega generosa de sus vidas. Roguemos al Señor.

6.-Por nosotros, reunidos en esta celebración, para que, al recibir el alimento del Cuerpo del Señor,
para que abramos nuestro corazón al amor al prójimo, descubriendo en cada uno de los pobres a un
hijo de Dios. Roguemos al Señor.

 OFRENDAS:

  «Señor, con el pan y el vino te presentamos nuestra vida.  Haz de nosotros un instrumento de tu paz. Donde hay odio, que yo ponga amor. Donde haya ofensas, que yo ponga perdón. Donde haya discordia, que yo ponga verdad. Donde haya duda, que yo ponga fe. Donde haya desesperanza, que yo ponga esperanza.   Donde haya tinieblas, que yo ponga luz. Donde haya tristeza, que yo ponga alegría».

PADRE NUESTRO:

Con el Padre nuestro queremos Padre de Jesús, querido Padre Dios, ponernos en tus manos y decirte que hagas de cada uno de nosotros lo que quieras.   

         Queremos darte gracias por todo lo que somos. Queremos decirte que estamos dispuestos a cumplir tu voluntad y queremos pedirte que tu proyecto de salvación vaya adelante en toda la humanidad y en nosotros.

        Queremos decirte, querido Padre Dios, que nos hagas imagen de tu Hijo Jesús y nos ayudes a ponernos en tus manos, enteramente, con entera confianza.

ORACIÓN DEL PAPA FRANCISCO PARA LA VII JORNADA MUNDIAL DE LOS POBRES.

Oh, Señor nuestro Jesucristo, crucificado y resucitado, con alegría nos encontramos
en torno a Tu Mesa para recibir nuevamente de Ti el don y el compromiso de vivir la pobreza
y de servir a los pobres, en los cuales encontramos Tu rostro.
Te agradecemos porque hay tantos hombres y mujeres que viven la dedicación
y el compartir con los pobres y excluidos, teniendo cuidado de la promoción integral de su persona.
Tu Reino se hace presente y visible en este servicio generoso y gratuito.
Ilumina las instituciones públicas para que cumplan bien su deber,
garantizando a cada ser humano el derecho a la existencia, a la integridad física,
a los medios indispensables para un digno tenor de vida, el derecho a la seguridad
en caso de enfermedad, de discapacidad, de viudez, de vejez, de desocupación.
Oh, Espíritu Santo, que nos donas el discernimiento, haz que bajo tu guía
podamos reconocer las verdaderas exigencias de los hermanos pobres.
Haznos capaces de prestar a ellos nuestra voz en sus causas, acogiendo la misteriosa sabiduría
que quieres comunicarnos a través de ellos, hijos de Dios.
Oh, santa Teresa del Niño Jesús, la tenacidad de tu amor inspire nuestros corazones,
ayudándonos a no apartar el rostro del pobre y a mantenerlo siempre fijo
en el rostro humano y divino del Señor Jesucristo.
Amén. ¡Aleluya!

PAUTAS DE LA HOMILIA:

INICIO.

1.-Celebramos el penúltimo domingo del tiempo ordinario. El domingo que viene celebraremos el domingo de Cristo, Rey del Universo.                      

2.-Somos creyentes en el Señor, pero de verdad creemos, vivimos y damos testimonio de nuestra fe.                                                                                 

*Cuentan que  Diógenes era un  filósofo griego que recorría las calles de Atenas con una lámpara encendida en pleno día para buscar un hombre; ¿si hoy buscaran a un creyente comprometido y auténtico entre nosotros lo hallarían?

DESARROLLO:

1.-La primera lectura, sacada del libro de los Proverbios alaba la actitud de la mujer hacendosa y buena administradora del hogar. Nos ayuda a comprender la importancia de la vida familiar.                                                                            

*Con cierta frecuencia se pone el valor de la mujer en su presencia física y nada más. El libro de los Proverbios nos dice: “Engañosa es la gracia y fugaz la hermosura; la que teme al Señor merece alabanza” (Prov 31,31) 

2.-San Pablo en la Primera Carta a los Tesalonicenses incide en el día final, “el día del Señor llegará como un ladrón en la noche”, y anima a la esperanza, y al testimonio cristiano: “vosotros, hermanos, no vivís en tinieblas…todos sois hijos de la luz e hijos del día”     

3.El evangelio de hoy se enmarca después de la del criado fiel y de las diez doncellas. A partir del versículo 31 del capítulo 25, que escucharemos el domingo que viene, se describe la parábola del juicio final.                     

  *Todas ellas tienen un carácter escatológico, nos hablan del final de los tiempos. El domingo pasado se nos pedía una actitud de vela, de estar preparados.

 Hoy, con la parábola de los talentos, se nos enseña que además de la actitud de espera, es necesaria dar frutos, frutos de buenas obras.        

 -El evangelio nos recuerda que cada uno de nosotros recibimos unos dones que tenemos que poner al servicio de Dios y de los demás.                               

    *No seamos sepultureros de talentos.           

  *La hacienda del Señor es el Reino de Dios y el amor de Dios: Nos confía su amor.  *Preguntémonos: ¿qué talentos tengo yo? ¿los pongo al servicio de los demás?                                                                                                        

 *Creer en Jesús es comprometerse en la construcción del Reino. No se trata de cruzarse de brazos o de cumplir una serie de normas, devociones o ritos. EL CRISTIANO SE DISTINGUE POR LO QUE CREE, POR LO QUE CELEBRA Y POR LO QUE VIVE.

FINAL:

  *Miremos a la Virgen María para que en ella aprendamos a vivir el evangelio de su Hijo. 

*Descubramos a los ojos de Dios nuestros talentos (dones) y demos  frutos buenos de amor, que siempre permanezcan.

     





 
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