SOLEMNIDAD DE PENTECOSTÉS-CICLO C.
En cada Eucaristía celebramos y actualizamos el “único Sacrificio de Cristo en la Cruz” por cada uno de nosotros… En el fondo, prolongamos el Misterio de la Encarnación y el abajamiento de Dios por cada uno de nosotros, porque, “la Sagrada Eucaristía culmina la iniciación cristiana. Los que han sido elevados a la dignidad del sacerdocio real por el Bautismo y configurados más profundamente con Cristo por la Confirmación, participan por medio de la Eucaristía con toda la comunidad en el Sacrificio mismo del Señor” (CIC 1322).
Guión litúrgico y esquema de la Solemnidad de Pentecostés-ciclo C.
SOLEMNIDAD DE PENTECOSTÉS-CICLO C.
MONICIÓN DE ENTRADA:
Hace cincuenta días estábamos reunidos en la noche santa de Pascua, en la vigilia Pascual, y celebrábamos la gran alegría de la resurrección de Jesús.
El, muerto por amor, fiel hasta derramar su sangre, nos ha abierto un camino de vida para siempre. Nosotros creemos en él, nosotros hemos recibido su misma vida, nosotros queremos ser como él. Y por eso cada año, en la noche de Pascua, empezamos la fiesta gozosa de su resurrección.
Ahora, al cabo de cincuenta días, concluimos esta fiesta celebrando el don que él nos ha dejado: su Espíritu.
ACTO PENITENCIAL
1.-Señor, envíanos tu Espíritu para que nos convierta. Señor, ten piedad.
2.-Cristo, envíanos tu Espíritu para que nos purifique. Cristo, ten piedad.
3.-Señor, envíanos tu Espíritu para que nos renueve. Señor, ten piedad.
MONICIÓN A LA PRIMERA LECTURA (Hch 2,1-11):
El Espíritu Santo aparece en Pentecostés con viento y con fuego, para significar la fuerza y el calor de la presencia de Dios en el corazón de los hombres. Escuchemos a San Lucas.
MONICIÓN A LA SEGUNDA LECTURA (1 Cor 12,3b-7.12-13)
Hemos sido bautizados en un mismo Espíritu para formar un solo cuerpo. Escuchemos lo que nos explica San Pablo.
MONICIÓN AL EVANGELIO (Jn 20,19-23)
San Juan nos presenta a Jesús resucitado exhalando su espíritu sobre los discípulos y diciéndoles: Recibid el Espíritu Santo.
PETICIONES:
1.- Tú que eres el Padre de los pobres, danos tu riqueza para llevar este mundo hasta ti. VEN Y SÁLVANOS.
2.- Tú que reúnes a la Iglesia sin cesar, danos tu fuerza para que luchemos por los que pierden su guerra ante la vida. VEN Y SÁLVANOS.
3.- Tú que iluminas a todos, danos pie firme para llegar a los corazones más alejados. VEN Y SÁLVANOS.
4.- Tú que eres bálsamo para las heridas, danos tu suavidad para consolar a los torturados y encarcelados. VEN Y SÁLVANOS.
5.- Tú que calientas por dentro, danos tu fuego para repartir calor a los que se acerquen a nosotros. VEN Y SÁLVANOS.
6.- Tú que eres señal y signo de Jesús, danos tu sello para marcar la huella de Jesús en nuestra vida. VEN Y SÁLVANOS.
7.- Tú que eres fuego, devóranos cuando nos sintamos cómodos y fríos ante el dolor de los otros. VEN Y SÁLVANOS.
MONICIÓN A LAS OFRENDAS:
Señor, con el pan y el vino queremos ofrecerte nuestra vida y decirte: a quienes somos cobardes, danos tu valentía; a quienes somos hipócritas, danos tu sinceridad de vida; a quienes somos comodones, danos tu aliento; a quienes somos egoístas y envidiosos, danos tu entrega; a quienes somos insensibles, danos tu vivencia sobre tu Padre. SEÑOR, HAZNOS OFRENDAS DE AMOR Y DE CONVERSIÓN.
PADRE NUESTRO
Que Jesús , el Hijo de la Virgen María, nos preste sus sentimientos y sus palabras para rezar al Padre, un Padre cercano y amante de la justicia y de la paz.
MONICIÓN PARA RECIBIR LA COMUNIÓN:
La Palabra de Dios cayó en tierra buena y dio mucho fruto. Jesús, danos tu eucaristía a los que hemos escuchado tu palabra. Alimenta nuestras vidas, para que nosotros demos frutos de buenas obras de amor.
MEDITACIÓN/ORACIÓN (SAN AGUSTÍN DE HIPONA).
Abrámonos a la acción del Espíritu Santo, y repitamos con San Agustín: Respira en mi, Oh Espíritu Santo, para que mis pensamientos puedan ser todos santos. Actúa en mí, Oh Espíritu Santo, para que mi trabajo, también pueda ser santo. Dibuja mi corazón, Oh Espíritu Santo, para que sólo ame lo que es santo. Fortaléceme, Oh Espíritu Santo, para que defienda todo lo que es Santo. Guárdame, pues, Oh Espíritu Santo, para que yo siempre pueda ser santo. Amén
Pautas de la Homilía.
INICIO.
1.- Celebramos el Domingo de Pentecostés, la culminación de la Pascua, la fiesta de la venida del Espíritu sobre los Apóstoles y la Virgen María.
2.-Pentecostés es la fiesta del Espíritu, que nos hace tomar conciencia de la actuación del mismo en cada uno de nosotros y en la vida de la Iglesia.
3.-Sin el Espíritu Santo no habría Iglesia ni apostolado, no habría fe ni reconoceríamos a Dios como Padre de todos ni a Jesucristo como el Salvador.
DESARROLLO:
1.-En la primera lectura de los Hechos de los Apóstoles, se nos dice que “estaban todos reunidos” y todos reciben los dones del Espíritu Santo: es toda la Iglesia la que recibe el don del Espíritu para poder vivir nuestra vocación y carisma concreta en beneficio de la misma comunidad.
*En Pentecostés se invierte el dinamismo de Babel: Babel fue la dispersión y la división, Pentecostés es la comunión, el amor y el entendimiento.
2.-Los dones del Espíritu nos ayuda a vivir como discípulos de Cristo:
*El don de la sabiduría nos capacita para reconocer el proyecto de Dios y vivir según los criterios de Jesucristo.
*El don del entendimiento nos prepara para comprender y entender el verdadero misterio de la vida y de la vida de Dios.
*El don del consejo nos habilita para aconsejar al que lo necesita y buscar consejo para caminar por las sendas del bien y de la justicia, por la senda del Evangelio.
*El don de la fortaleza nos anima a descubrir que la fuerza de nuestra vida brota del verdadero Dios, don de amor para nosotros y para todos.
*El don de la ciencia nos ayuda a orientar nuestras actitudes por el discernimiento del Espíritu, dándole el verdadero valor a las cosas.
*El don de la piedad nos invita a vivir en la verdadera piedad y religión: socorrer al que lo necesita y vivir en el amor de Dios.
*El don del temor de Dios nos lanza a la amistad verdadera con Dios, buscando agradarle siempre.
2.-El Espíritu Santo es el santificador de nuestras almas y el gran protagonista de la vida de la Iglesia:
*Nos lanza a la misión.
*Nos invita a superar nuestra mediocridad.
*Nos fortalece a superar las dificultades.
*Genera en la Iglesia corrientes de santidad y de luz en medio de las sombras.
2.-San Pablo recuerda que todos los dones y carismas tienen que llevar a una verdadera comunión en el Espíritu.
*San Agustín decía: “En lo esencial, unidad; en lo opinable, libertad; pero en todo, caridad”
3.-El Espíritu Santo nos hace testigos de Cristo resucitado.
FINAL:
1.-Abrámonos a la acción del Espíritu y seamos testigos de Cristo en nuestros ambientes: seamos la fragancia de Cristo.
2.-Miremos a la Virgen María para que nos enseñe a abrirnos con disponibilidad a la acción del Espíritu Santo.
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