I DOMINGO DE ADVIENTO-CICLO C.

 




 

I DOMINGO DE ADVIENTO-CICLO C

 

 

 En cada Eucaristía celebramos y actualizamos el “único Sacrificio de Cristo en la Cruz” por cada uno de nosotros… En el fondo, prolongamos el Misterio de la Encarnación y el abajamiento de Dios por cada uno de nosotros, porque, “la Sagrada Eucaristía culmina la iniciación cristiana. Los que han sido elevados a la dignidad del sacerdocio real por el Bautismo y configurados más profundamente con Cristo por la Confirmación, participan por medio de la Eucaristía con toda la comunidad en el Sacrificio mismo del Señor” (CIC 1322).

 

Guión litúrgico y esquema de la celebración Eucarística del Primer Domingo de Adviento-ciclo C.

 

 
 
 


 

I DOMINGO DE ADVIENTO-CICLO C

 

MONICIÓN DE ENTRADA:

El adviento es: aceptación, entrega, gratificación, oración, compromiso, esperanza, servicio, alegría; es decir, “si”, la primera palabra de Dios fue: “hágase, sea, sí….. y todo empezó a realizarse.

      Hoy comenzamos un nuevo ciclo litúrgico, ciclo C. 

    Recibamos en procesión solemne el nuevo leccionario que durante este año litúrgico vamos a escuchar.

BENDICIÓN DE LA CORONA DE ADVIENTO. 

La tierra, Señor, se alegra en estos días y tu Iglesia desborda de gozo ante tu Hijo, el Señor, que se avecina como luz esplendorosa, para iluminar a los que están en las tinieblas del egoísmo, del dolor y del pecado.

Llenos de esperanza en su venida hemos preparado con gran cariño esta corona; la hemos hecho con ramas verdes de nuestra tierra, para que nos acompañe en nuestra parroquia en este tiempo de preparación para la venida de tu Hijo en Navidad.

Te pedimos, Señor, que ir encendiendo estas velas nos ilumines a todos nosotros con ese esplendor de aquel que, por su luz del mundo, iluminarás todas las oscuridades.

El que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.

ENCENDER LA PRIMERA VELA DE LA CORONA DE ADVIENTO. 

Encendemos, Señor, esta luz, como aquel que enciende su lámpara para salir en la noche, al encuentro del amigo que ya viene.

En esta primera semana del Adviento queremos levantarnos para esperarte preparados, para recibirte con alegría.

Muchas sombras nos envuelven. Muchos halagos nos adormecen. Queremos estar despiertos y vigilantes, porque tú nos traes la luz más clara,

La paz más profunda, y la alegría más verdadera.

¡Ven, Señor Jesús! ¡Ven, Señor Jesús!

 

ACTO PENITENCIAL:

1.- Tú que viniste para ser el Salvador de todos los hombres. SEÑOR, TEN PIEDAD.

2.-Tú volverás un día para llevarnos contigo. CRISTO, TEN PIEDAD.

 3.-Tú que estás siempre con nosotros y nos perdonas. SEÑOR, TEN PIEDAD.

MONICIÓN A LA PRIMERA LECTURA (Jer 33,14-16)

   El profeta Jeremías presenta la promesa de Dios, que se ha cumplido en el Mesías, que será un descendiente del rey David.

MONICIÓN A LA SEGUNDA LECTURA (1 Tes 3, 12-4,2)

San Pablo nos invita a prepararnos a la venida de Jesús, amándonos unos a otros. Esa será la mejor señal de que nosotros esperamos su venida.

MONICIÓN AL EVANGELIO (Lc 21, 25-28)

 San Lucas nos invita a contemplar la última venida de Jesús. Él es nuestro Salvador, que viene a liberarnos.

PETICIONES:  

RESPONDEMOS (VEN, SEÑOR JESÚS)

1.- Para que no alce la espada pueblo contra pueblo y todos vivan en justicia y solidaridad. OREMOS. 

2.-Para que la Iglesia, para que todas las comunidades cristianas, sean luz en la noche del mundo e instruyan a los pueblos en los caminos del Señor. OREMOS.

3.-Para que los pobres, los enfermos y cuantos sufren encuentren ayuda y consuelo en la palabra y en el amor de los hermanos. OREMOS.

4.-Para que cuantos viven desanimados y desesperanzados encuentren sentido a sus vidas y se abran a la luz del Adviento. OREMOS.

 5.-Para que todos nosotros encendamos nuestras lámparas y nos preparemos así a la venida de Cristo. OREMOS.

MONICIÓN A LAS OFRENDAS:

-PAN Y VINO: Señor, con el pan y el vino te presentamos nuestra vida.  Haz de nosotros un instrumento de tu paz.

– RELOJ: Este reloj marcha la hora de la venida de Cristo. Que todos nuestro tiempo sea para Ti, Señor.

– ARMA ROTA, Haz posible, Señor, que la violencia y toda clase de guerra llegue a su fin.

PADRE NUESTRO

La palabra más gratificante,  que más nos llena y no nos cansa de decirla es PADRE.                    Decimos padre y se disipan nuestros miedos….., ya nunca estaremos solos, y que dulce resulta llamarte padre al saber que es inagotable tu amor.                                                                                Ahora nos atrevemos a decir la oración que nos enseñó Jesús: PADRENUESTRO.

INVITACIÓN A COMULGAR:

«Ven, Señor Jesús», decimos ahora también cuando nos disponemos a recibir la comunión. El Señor va a visitarnos y nos va a dar su cuerpo y su sangre. Estamos en adviento, porque Jesús va a venir con nosotros.

MEDITACIÓN

Preparemos los caminos
ya se acerca el Salvador
y salgamos, peregrinos,
al encuentro del Señor.

Ven, Señor, a libertarnos,
ven tu pueblo a redimir;
purifica nuestras vidas
y no tardes en venir.

El rocío de los cielos
sobre el mundo va a caer,
el Mesías prometido,
hecho niño, va a nacer.

Te esperamos anhelantes
y sabemos que vendrás;
deseamos ver tu rostro
y que vengas a reinar.

Consolaos y alegraos,
desterrados de Sión,
que ya viene, ya está cerca,
él es nuestra salvación.

 

Pautas de la Homilía.

INICIO.   

DESARROLLO:

 

FINAL:

 





 
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