II DOMINGO DE ADVIENTO-CICLO C.
En cada Eucaristía celebramos y actualizamos el “único Sacrificio de Cristo en la Cruz” por cada uno de nosotros… En el fondo, prolongamos el Misterio de la Encarnación y el abajamiento de Dios por cada uno de nosotros, porque, “la Sagrada Eucaristía culmina la iniciación cristiana. Los que han sido elevados a la dignidad del sacerdocio real por el Bautismo y configurados más profundamente con Cristo por la Confirmación, participan por medio de la Eucaristía con toda la comunidad en el Sacrificio mismo del Señor” (CIC 1322).
Guión litúrgico y esquema de la celebración Eucarística del Segundo Domingo de Adviento-ciclo C.
II DOMINGO DE ADVIENTO-CICLO C.
ENCENDER LA SEGUNDA VELA DE LA CORONA DE ADVIENTO.
En esta segunda semana de adviento, queremos encender el fuego de la esperanza para prepararnos a recibirte con gozo y entusiasmo.
Tú sabes cuántas sombras nos envuelven, cuántas humillaciones nos oprimen. Pero nosotros queremos escuchar tu palabra que nos consuela y nos alienta.
Porque Tú eres, la voz más dulce, la paz más profunda, la alegría más verdadera.
ACTO PENITENCIAL:
1.- Jesús, tú nos has dicho: “Yo soy el camino”. Por las veces que nosotros no hemos caminado por tus sendas. SEÑOR, TEN PIEDAD.
2.- Jesús, tú quieres que preparemos en nuestro corazón un camino para ti. Por las veces que nuestro corazón no ha sido transparente. CRISTO, TEN PIEDAD.
3.- Jesús, tú deseas que caminemos en la verdad, la justicia y el amor. Por las veces que hemos mentido, hemos sido injustos y no hemos amado a los demás. SEÑOR, TEN PIEDAD.
MONICIÓN A LA PRIMERA LECTURA (Bar 5,1-9)
El profeta Baruc contempla Jerusalén envuelta en un vestido de luto. Y le dice que deje ya el luto y la tristeza y se vista de gala porque el Señor va a venir a ella y la llenará de alegría.
MONICIÓN A LA SEGUNDA LECTURA (Flp 1,4-6.8-11)
La palabra de Dios prepara en nosotros, que esperamos en Jesús, un camino nuevo. Es el camino del amor, que sólo lo recorren quienes aman a sus hermanos. Escuchemos atentamente.
MONICIÓN AL EVANGELIO (Lc 3,1-6)
Nos ponemos de pie para escuchar el evangelio. Con una actitud humilde vamos a escuchar la palabra de Dios, capaz por sí mismo de preparar los caminos de nuestro corazón.
PETICIONES:
RESPONDEMOS (ESCUCHA, SEÑOR, NUESTRA ORACIÓN)
1.-Por la Iglesia, para que preparemos el camino del Señor, desde una vida intachable y santa. ROGUEMOS AL SEÑOR.
2.- Por los que gobiernan las naciones, para que preparen caminos de justicia, de amor y de paz.
ROGUEMOS AL SEÑOR.
3.-Por todos los misioneros y misioneras distribuidos por todo el mundo, y son capaces de entregar su vida al servicio de los demás, sobre todo de los más pobres. ROGUEMOS AL SEÑOR.
4.-Por todos los hombres y mujeres mayores de nuestra Parroquia, para que tengan un lugar privilegiado en nuestra sociedad y en las familias, a pesar de sus limitaciones. ROGUEMOS AL SEÑOR.
5.-Para que surjan vocaciones generosas en los campos de la justicia, la solidaridad y la paz. ROGUEMOS AL SEÑOR.
6.-Por todas las familias, especialmente las nuestras, para que sean bendecidas y en el mundo aumente la tolerancia. ROGUEMOS AL SEÑOR.
7.- Para que todos nosotros vivamos en conversión constante, abiertos al Señor que viene cada día. ROGUEMOS AL SEÑOR.
MONICIÓN A LAS OFRENDAS:
Cristo no tiene manos, tiene sólo nuestras manos para construir un mundo nuevo donde habite la justicia.
Cristo no tiene pies, tiene sólo nuestros pies para poner en marcha a los oprimidos por el camino de la libertad.
Cristo no tiene labios, tiene sólo nuestros labios para proclamar el evangelio a todas las personas. Cristo no tiene medios, tiene sólo nuestra acción para lograr que todos los hombres sean hermanos
PADRE NUESTRO
Con el Padre nuestro queremos Padre de Jesús ponernos en tus manos y decirte que hagas de cada uno de nosotros lo que quieras.
Queremos decirte que nos hagas imagen de tu Hijo Jesús y nos ayudes a ponernos en tus manos, enteramente, con entera confianza.
MEDITACIÓN:
1.-El día más bello…Hoy.
2.-El mejor destino…el Trabajo.
3.-Los mejores maestros…los hijos.
4.-El defecto más grande…el egoísmo.
5.-Lo más maravilloso…el amor.
6.-El sentimiento más vil…la envidia.
7.-La peor bancarrota…el desaliento.
8.-El regalo más hermoso…el perdón.
9.-El mejor predicador…el ejemplo.
10.-El mejor maestro…el dolor.
11.-El mejor libro…el mundo.
12.-El mejor gobierno…el dominio de si mismo.
13.-La mejor filosofía…estar en paz con la conciencia.
14.-La mejor ocupación…difundir la felicidad.
15.-El milagro más grande…Tú.
Pautas de la Homilía.
INICIO.
1.-El Adviento nos invita a mirar al futuro y nos abre a la esperanza. “La esperanza es la virtud teologal por la que aspiramos al Reino de los cielos y a la vida eterna como felicidad nuestra, poniendo nuestra confianza en las promesas de Cristo y apoyándonos no en nuestras fuerzas sino en los auxilios de la gracia del Espíritu Santo” (CIC 1817)
2.-La esperanza lanza un grito de alegría porque sabe bien, en lo más profundo de su esencia, que “la salvación anunciada es la salvación que trae el Señor”.
*Esa salvación proviene de Dios y no es solamente hechura de manos del hombre, aunque sabe bien que “la virtud de la esperanza corresponde al anhelo de felicidad puesto por Dios en el corazón de todo hombre” (CIC 1818).
*Esa misma salvación nos exige esfuerzo de cambio personal, una profunda renovación y conversión.
DESARROLLO:
1.-El profeta Baruc grita esperanzado la liberación del pueblo disperso y desterrado. Además invita a Jerusalén a transformarse para recibir a sus hijos que vuelven de la mano de Dios, padre del pueblo y esposo de Jerusalén.
*Ese retorno a Jerusalén aparecerá a sus ojos como un “Nuevo Éxodo”, cuya iniciativa está provocado por el mismo Dios, y surgirá un movimiento marcado por la justicia, la paz y la alegría.
*Jerusalén es invitada a despojarse de la tristeza y la miseria y engalanarse con los dones de su esposo. Esos dones son la justicia de Dios y el reflejo de su gloria.
*Jesús mismo llevará a plenitud la salvación de Dios como anuncio liberador para el hombre. Justamente, así nos lo expresa las palabras de Cristo, el designio del amor de Dios es un don pero al mismo tiempo conlleva una respuesta del hombre, no exenta de conversión y de renovación.
3.-Esta respuesta que Dios exige del mismo hombre se sintetiza magistralmente en toda la predicación del precursor, Juan Bautista. Juan pide a la gente que cambie radicalmente en su interior y debe de “preparar el camino al Señor”.
*Juan diseña todo un programa para recibir al salvador y lo expresa en cinco sugerentes expresiones, dibujadas en las profecías de todos los profetas, especialmente de Isaías: “allanar los senderos”, “elevar los valles”, “abajar montes y colinas”, “enderezar lo torcido” e “igualar lo escabroso”.
-“Allanar los senderos” significa recuperar la fidelidad sin fisuras.
-“Elevar los valles” significa salir de nuestros sin-sentidos y la desconfianza.
-“Abajar montes y colinas” significa rebajar ambiciones y arrogancias.
-“Enderezar lo torcido” significa romper las ambigüedades en las que nos movemos.
-“Igualar lo escabroso” significa nivelar con justicia las desigualdades de nuestro mundo.
Juan, el Precursor”, nos señala cómo debemos prepararnos para acoger la venida de Cristo desde una actitud coherente y confiada. .
FINAL:
1.-¡Ojalá que nuestra oración hoy sea desde el gozo y la esperanza, como lo manifiesta Pablo en su carta a los cristianos de Filipos!
2.-Que la orientación hacia el retorno de Cristo y la consiguiente actitud de estar en camino hacia ese retorno final nos ayude a vivir con esperanza alegre este tiempo del Adviento.
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