DOMINGO V DEL TIEMPO ORDINARIO-CICLO C.  

 

 




DOMINGO V DEL TIEMPO ORDINARIO-CICLO C.

 

 

 En cada Eucaristía celebramos y actualizamos el “único Sacrificio de Cristo en la Cruz” por cada uno de nosotros… En el fondo, prolongamos el Misterio de la Encarnación y el abajamiento de Dios por cada uno de nosotros, porque, “la Sagrada Eucaristía culmina la iniciación cristiana. Los que han sido elevados a la dignidad del sacerdocio real por el Bautismo y configurados más profundamente con Cristo por la Confirmación, participan por medio de la Eucaristía con toda la comunidad en el Sacrificio mismo del Señor” (CIC 1322).

 

Guión litúrgico y esquema del Quinto Domingo del Tiempo Ordinario-ciclo C.

 

 
 
 


 

DOMINGO V DEL TIEMPO ORDINARIO-CICLO C.

 

 

MONICIÓN DE ENTRADA:

  Cada uno de nosotros ha sido llamado por Jesús, por Dios. Por eso somos cristianos, por eso queremos vivir su mismo amor, por eso deseamos dar testimonio de nuestra esperanza, por eso nos reunimos todos los domingos en torno a la mesa de la Palabra y de la Eucaristía.

        El domingo es el día del Señor. Los cristianos celebramos el día en que Jesús resucitó. Por eso es siempre una fiesta para nosotros. Juntos formamos un solo cuerpo, en el que Cristo es la cabeza. La eucaristía es el gran sacramento de la comunidad cristiana y de la unidad.

MONICIÓN A LA PRIMERA LECTURA (Is 6, 1-2a.3-8)

   Escucharemos ahora una escena solemne, un relato que nos quiere transmitir una experiencia fundamental en la vida del profeta Isaías.

    Isaías se sintió tocado, profundamente transformado, por Dios. Y aceptó la tarea que Dios le encomendaba.

MONICIÓN A LA SEGUNDA LECTURA (1 Cor 15,1-11)

     La segunda lectura es también un testimonio importante para nosotros. San Pablo nos recuerda lo más fundamental de nuestra fe. Es la enseñanza que él recibió al convertirse, es la enseñanza que también nosotros hemos recibido.

MONICIÓN AL EVANGELIO (Lc 5,1-11)

      Junto al mar de la Galilea, Pedro descubre su pequeñez ante la grandeza de Jesús. Pero Jesús le envía a cumplir la misión de ser pescador de hombres.

PETICIONES:  

1.-Para que la llamada de Dios alcance a todos los hombres y mujeres en el mundo entero. ROGUEMOS AL SEÑOR.

2.- Para que la Iglesia dé siempre testimonio de apertura, de espíritu dialogante, de servicio a los pobres.ROGUEMOS AL SEÑOR.

3.-Para que aumenten entre nosotros las vocaciones sacerdotales y religiosas. ROGUEMOS AL SEÑOR.

4.-Para que los países ricos renuncien al egoísmo y promuevan una distribución justa de los bienes de la tierra.ROGUEMOS AL SEÑOR.

5.-Para que todos los que sufren la tragedia del hambre puedan experimentar nuestra ayuda solidaria. ROGUEMOS AL SEÑOR.

6.-Para que los que participamos en la Eucaristía nos sintamos siempre llamados a la  conversión. ROGUEMOS AL SEÑOR.

MONICIÓN A LAS OFRENDAS:

Señor, con el pan y el vino queremos ofrecerte nuestra vida y decirte: a quienes somos cobardes, danos tu valentía y tu vivencia sobre tu Padre.

SEÑOR, HAZNOS OFRENDAS DE AMOR Y DE CONVERSIÓN.

PADRE NUESTRO

 Que Jesús nos preste sus sentimientos y sus palabras para rezar al Padre, un Padre cercano y amante de la justicia y de la paz.

MEDITACIÓN .

1.-Padre.

 2.-Me pongo en tus manos. Haz de mí lo que quieras.

Sea lo que sea te doy las gracias.                                                 

3.-Estoy dispuesto a  todo  

4.-Lo acepto todo, con tal que tu voluntad se cumpla en mí y en todas tus criaturas.                                                        

 5.-No deseo nada más, Padre,             

  6.-Te confío mi alma, te la doy…con todo el amor de que soy capaz….  

 7.-porque te amo y necesito darme…                                       

8.-Ponerme en tus manos, sin medida, con una infinita confianza…                                                                     

9.-porque tú eres mi Padre.

 

Pautas de la Homilía.

INICIO. 

*-Hemos sido convocados en el Señor: Como “piedras vivas” para celebrar la Eucaristía.

*Todos somos piedras vivas por medio del Bautismo y templos del Espíritu Santo

y somos invitados para celebrar la Eucaristía, la presencia viva de Cristo en medio de su Iglesia.

DESARROLLO:

 1.-Hemos leído en la primera lectura un t rozo del profeta Isaías.

 *En el siglo VIII antes de Cristo los príncipes del reino de Judá buscan un plan para hacer frente a la amenaza asiria. 

*El profeta Isaías, grande en la corte, denuncia estos planes que, a su juicio, enmascaran la ausencia de fe en Dios y dejan a un lado lo esencial: la conversión interior que ha olvidado el sentido de su vocación.

  *La llamada del profeta es la consecuencia del descubrimiento que él mismo ha hecho de un Dios trascendente, capaz de purificar el corazón del hombre. 

*En una revelación en el Templo, el Señor se le ha manifestado como el Santo. Y ante su presencia divina, al igual que ocurrirá en el evangelio con Pedro, el profeta reconoce su anonadamiento y pequeñez.

 2.-San Pablo recuerda lo esencial del Evangelio a unos corintios todavía marcados por una mentalidad demasiado humana, que les lleva a luchar unos contra otros.         

*Recuerda que por su muerte , Cristo salvó a los hombres y les hace partícipes  de su gracia, manifestado plenamente en su Resurrección. 

 *Insiste sobre el carácter conquistador de este gracia. Ella le convirtió a él, el judío perseguidor de los cristianos. Y ella continúa actuando en él.  

3.-Continuamos leyendo el evangelio de San Lucas, nuestro evangelio en este ciclo C.   

*Jesús quiere reunir a todos los hombres y anunciarle la buena noticia del Reino.                

*Empieza este proyecto eligiendo y creando un pequeño grupo.  

 *Producida la purificación y la experiencia del Dios salvador, Dios mismo les envía. “No temas. Desde ahora serás pescador de hombres…”   

 *El anuncio del evangelio siempre está marcado en realizar la misión en el nombre del Señor. No es en nombre de la propia Iglesia ni de ninguna instancia sino en el nombre del Señor : “Rema Mar adentro, y echad vuestras redes para pescar”

FINAL:

*Miremos a la Virgen María para que en ella aprendamos a vivir el evangelio de su Hijo.

*Supliquemos una gran experiencia religiosa y un crecimiento en el amor de Dios para que sintamos la vocación a la Misión, anunciar el evangelio a todos los pueblos.

*Pidamos romper el dinamismo del pecado y del mundo en nuestros criterios para que se impongan en nuestra vida los criterios del evangelio.

*Pidamos al Espíritu Santo que nos ayude a reconocer el amor de Dios y poder servir a los demás.

 

  





 
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